lunes, 14 de diciembre de 2009

La Vie En Rose




En estos días tristes me desvelo tiernamente, he optado por mi felicidad resignando así mi instinto generoso y caritativo. Asimismo me entrego directamente a otras caricias de pudor sombrío y tentador. He probado miles de cosas antes que todo esto pero nada me ha convencido de lo siguiente, me gusta el silencio que pronuncia tu boca. Es cierto que no has sido muy expresiva pero, tus ojos vidriosos me están pidiendo un gesto de amor urgente, y es verdad que a mi también me urge darte ese mohín de sencillez que me reconcilia con ese ser dulce que tanto proclamas. Casi por casualidad nos cruzamos entre panes y copas suaves, entre alcoholes y placeres redondeamos una actuación casi perfecta. De todas formas, fallé, y me avergüenzo de mi mismo y de todas esas fisuras malignas que me comen por dentro. Quisiera acomodar un poco las ideas en mi cabeza para acelerar los procesos de mi corazón que me hostiga cada vez que pienso en verte, en tocarte, en un montón de etc. más. Ese es el perfume más hermoso que conocí aunque no sea un experto en el tema, a veces ese desvelo que tengo es provocado por el aroma de aquella fragancia. Pero estos días siguen siendo tristes, me siento un infeliz, incapaz de ceder en algo, y por momentos profeso el egoísmo a tal altura que sobrepasa la densidad del cielo. Otra de las verdades supremas que abundan en mi son las escamas de la soledad a la que le temo más que a la muerte, recuerdo a nuestra querida Edith por favor, esa mujer o la tal Alejandrita con sus versos y prosas elegantes en sueños y la pobre se mató por temor a la soledad. LA REALIDAD A VECES LASTIMA, AVECES NOS ALEGRA, OTRA VECES ES LA REALIDAD Y NADA MÁS, EL CIELO CAMBIA PERO SIGUE SIENDO CIELO, NOSOTROS MISMOS CAMBIAMOS PERO SEGUIMOS SIENDO NOSOTROS. Hoy siento que mi aliento rejuvenece y mi falta de oxigeno ya no existe, mi piel; aunque blanca al fin, se torna más morena y llena de vida, mis lágrimas no son de dolor. No me arrepiento de nada, de nada, de nada. Eso es trabajo para mi conciencia, debería ya saberlo yo o corregirlo más tarde, he vuelto a reconocer el olor en los duraznos. Igualmente, hay cierto veneno que recorre mi cuerpo y que me es imposible liberar, es desde aquel día en la bella ruta junto a tu pulcro rostro y tu púber juventud de ángel, propio de las musas que me persiguen desde las olas de un mar profundo, y así eres tú darling, tan generosa y emotiva, como cruel y peligrosa por demás. Siento recorrer las superficies de placer tan agitada como incómodamente, sigo esa luz y vuelvo otra vez a la carga. Ojalá Zeus me convierta en cisne para vivir otra vida distinta junto a ti. Y lo que sigue está por verse, como se ven las páginas de un libro que todavía no se escribió pero está en la mente del autor. Quisiera estar dentro de un cine, quizás sueño ser como TOM Baxter, o mejor ser él mismo. Pero esto no termina y me asusta pensar que no terminará, por que no puedo seguir así, tan lleno de contradicciones hasta la asfixia. La adrenalina abundante de no conocer cómo diablos terminará esto. No sé si quiero que termine, si me pregunto todas las noches esto es porque siento una vergüenza terrible de no poder darte más que lo que te ofrezco. Pero es así, acostumbro a no pecar de solemne mientras tú también te encuentras desierta, con tus mejillas redondas en amor y tu mente reclamando un acercamiento al corazón; vivimos en un tiempo borroso, somos exiliados dentro de una burbuja en el tiempo. Si hay un segundo que dejé de pensar en vos fue cuando pensaba en dejar de pensarte, es extraña esta reacción porque ni siquiera conozco cuál es la tuya, es la de ayer, la de hoy o será la de mañana? De reacciones vivimos también y creamos un ambiente, cualquiera sea la pizca que dejemos, pero aquí también surge la idea de un existencialismo en donde los dioses no existen, simplemente están para inspirarme a escribir o a hacer alguna novedad de novela de amor que surge desde algunos versos profundos. Ni siquiera un viaje en avión o en barco permite alargar la distancia, pero qué es lo que quiero. Envejece conmigo linda, envejece después pero conmigo, ahora enbelecemosnos hasta el hartazgo, miles de pájaros nos miran para aplaudir, miles de estrellas se sirven a tu amor, glorioso pestañar de los soles, o si el poeta se planteara crear una especie de gravedad entre nosotros, tan leve, tan triste; me siento como un cáncer atroz, pero mi cura eterna se ve reflejada en tus ojos negros. Somos ahora los dueños de la luz, maravillosamente alegre se siente el aura, la envidia de la luna nos refleja como sentires de lluvia densa, una especie de magia chasquea nuestras manos y las rodea de brillo, porque así somos, así seremos, nuestros mensajes sobre copos de nieves, mi densidad llega al punto tal de perderte por momentos, mi sudor se convierte en gotero despiadado sin manchar mi ropa pero a la vista de todo aquel que se note sensible al estar. Hoy gozamos de una susceptibilidad admirable por momentos preocupante, pero mira adelante, no ves el camino que queda por recorrer, en resistir estaba pensando por favor. La vida es una sola sin duda. Me dejo llevar otra vez por mis ingratos deseos de buscarte y entonces te persigo demasiado, es que no puedo controlar mis impulsos y caigo nuevamente en la desesperación absurda, esa desesperación que muele a llanto todos los momentos felices de nuestra época de gloria. Sin embargo, veo algo en ti que me confunde y me sumerge en un remolino de arena que empapa mi cara, y no está demás decir algunas palabras de vez en cuando, si tan solo pudiera arrancarte todo lo que llevas adentro, también a mi me serviría de emoción para saciar mi sed psicológica y momentánea. Es que, me quiero dejar llevar por mi sentido irracional pero vuelvo a caer en lo mismo y provoco en ti esa sensación de dejadez adúltera y ruin que me trastorna un poco más al cruzarte. Y no me quieras convencer de que esto no es real, si te estoy acariciando y en mí crece una sensación de alegría que no termina cuando dejamos de vernos sino que perdura hasta volver a encontrarte. La vida arrasa con todo lo que queremos y no nos devuelve ni siquiera el viento de nuestros seres que no están, no sirven los recuerdos, ni buenos ni malos, no sirven porque las cosas ya no están y si no se hacen se pierden pero por lo menos se intenta, y si podemos quebrar el destino y las estructuras formadas, mejor, y si no podemos por lo menos lo intentamos. Se que aquí el imbécil es uno y no todos, pero me niego a barajar de nuevo con el mismo mazo, de nada me sirve encontrar rastros de un pasado que no se palpa más, nunca más aún teniéndolo tan cerca. Noticias tuyas tengo pocas y no se cuanto tiempo pasa para que no te escriba mis llantos de sangre acumulada de tanta bronca conmigo mismo, no me animo a decírtelo es que no ves el amor a tus pies, es que no existe lucha al fin para estos casos, ¿donde ha quedado el poeta revolucionario que me vio nacer cuando nos cruzamos?, ni los bravos napoleones sin batalla me han podido parar en aquel momento insigne. Ahora lo que sigue es otra cosa, tu corazón perdido hace que me arrime más a mi segura fortuna, a mi futuro perfecto en un tiempo pretérito sin condicionales, he jugado el verbo carne y el sustantivo es el amor, con adjetivos que tu misma has puesto para conjugarme la oración, y así va bien la cosa y ahora podemos entendernos, de esta forma el humo entra en foco y vamos arrimando los botes, oigo cantar a la serpiente dormida que hay dentro mío y me dejo llevar por el mar calmo que alguna vez planeamos visitar. Te pido que no me juzgues si mis pasos siguen mi necesidad y es verdad que puede ser que al girar mi cabeza ya no te encuentre pero no puedo con mi genio, esas son mis debilidades hermosas, y es que en tu dolor me reniego y me escondo como el niño que fui alguna vez. Mi tenue locura me avergüenza, mientras tanto reclamo derechos que no me corresponden y me atrevo a pedirte más y más. Si no me escondo en tu piel mis huesos se van a debilitar es que no tengo refugio, comprender la situación ya no es más que una rutina para mí, es un deber que me queda pendiente siempre. Mi pluma se desvela más que yo y es poco probable que nos amemos un poco más que lo que suelen avisarnos los locos del más allá, donde está mi soledad despiadada, rasguñando todo lo que camina me encuentro desahuciado, y esto no puede acabar, no puedo más con mi yo, tu sonrisa junto a mi almohada me hace muecas de dulzura, no la voy a dejar escapar. De pronto, Juan dejó de escribir. En ese momento algo lo alejó de su máquina Olivetti y lo acercó a la cruel realidad, se imaginó un futuro mejor en otro lado de la acera, donde no había lugar para los valientes, se imaginó por un momento no ser tan débil, pero aún así lo era, lo era y él lo sabía, y se rió un poco como sabiendo que eso no podía pasar, que la rutina y lo cotidiano le sentaban mejor, y que el destino de esa carta sería allí, solo dentro de su papel y nada más. Se sintió más infeliz que nunca. En otro lugar, Ninfa se imaginaba cómo sería la vida sin Juan, porque en aquel momento lo sintió muy lejos, aunque vivían a pocas cuadras lo vio marcharse entre la niebla, supo que la vida no era de color rosa sino más bien en tono gris oscuro, y así fue que ella decidió irse lejos, quizás a Europa, no lo sé, tampoco Juan lo supo hasta que volvió. De vuelta en casa se cruzaron otra vez, Ninfa estaba linda como siempre, Juan seguía siendo el mismo loco que no acomodaba sus ideas revolutas del amor. Las hormonas volvieron a encontrarse y se miraron. Se miraron como nunca antes se habían mirado, se abrazaron y se besaron toda la noche, allí cerca de la casa de Babel donde se habían conocido, y se fueron muy lejos, lejos donde habían ido hace tiempo y se estrecharon en caricias y sudores amorosos, allí concretaron e hicieron el amor hasta que el sol develó la adrenalina del escape fugaz. Entonces fue ahí que se sintieron felices por siempre pero no se vieron nunca más, realmente nunca, nunca más…..