jueves, 21 de octubre de 2010

Bonham era peronista





Esto me lo contó una vez mi bisabuela materna. Una mujer que a su acrecentada edad demostraba una cultura y un dialecto extrañamente moderno. Ella era más devota de Evita que de el General pero era peronista al fin. Yo, por ese entonces, tendría unos cuatro o cinco años. Para esa época yo ya tenía muy desarrollada la memoria. Mis padres se sorprendían por el poder de retenimiento que yo poseía a tan corta edad. Sin más, me acordaba de todas las fechas de los cumpleaños de mis parientes. Realmente era algo asombroso.

En una de las tantas tardes que solía compartir con Gumersinda (así se llamaba mi bisabuela), mientras me sentaba en su falda a mirar La aldea de los pitufos (más tarde me enteraría de que eran todos narcos y que Pitufina se prostituía), se despachó con esta increíble historia.



-Estebita, te voy a contar algo que nadie sabe pero es real.



Yo miraba atónito (recuerdo) el rostro de aquella avejentada mujer, sus arrugas me indicaban que su relato sería verosímil, ya que yo pensaba que las arrugas iban de la mano de la experiencia y, a su vez, de la verdad. Esa tarde hacía mucho calor, mis calzones de goma se me pegaban a las mejillas del culo como ratón al queso, ciertamente la pasaba muy mal en esa época, como ya dije antes mi memoria se desarrollaba a un nivel superlativo pero todavía me cagaba en los pantalones. El equilibrio a veces se pierde o no se encuentra. Mi bisabuela era una mezcla de Tita Merello cuando era personificada por Sapag y de Juan Berdaguer en su plenitud. Raro amasijo el de la naturaleza allí.



-Antes de comenzar necesito mostrarte algunas cosas, me dijo.



Ahí nomás peló un par de cassettes VHS. Al segundo se largó a poner el primero en la casetera. Recuerdo que las imágenes iban de aquí para allá, todas en blanco y negro. En un momento, recuerdo, señalé la pantalla y dije algo.



- Esa persona que ves ahí es Eva Duarte de Perón, la abanderada de los humildes, la salvadora del pueblo, la guía de los desamparados. El señor que está a su lado es Juan Domingo Perón, su esposo; presidente de la República Argentina durante los mejores años de este país, gracias a él y a su esposa los trabajadores argentinos tuvieron, por primera vez, un lugar de privilegio en la sociedad argentina.



La vieja me decía esas cosas y yo no entendía un pomelo, pero bueno a mí me gustaba verla sonreír. Además, cuando se le estiraba la cara parecía más joven y yo sentía que podía llegar a estar más tiempo con ella si lograba ser como Dorian Grey. Porque para ese tiempo yo asimilaba la juventud con la vida y la vejez con la muerte. Cosas al pasar.

Luego de mirar un video que duraba alrededor de una hora sobre peronismo, sacó otro cassette de su viejo bolso. Qué será ahora, me pregunté por dentro de mí. Se levantó de su cómodo asiento, sin antes dejarme a mí en el suelo para que me sentara a esperarla mientras ella ponía el otro tape.



Me sorprendí mucho cuando comenzó a rodar la cinta. En el rodaje había cuatro tipos desaforados, todos de pelo largo, tocando música.



- ¿Te gusta esto, verdad Estebita? Esta es la mejor banda de la historia de la música, esto es el verdadero rock and roll. La banda se llama Led Zeppelin. Observá bien como tocan estos grandes músicos,(mientras meneaba la cabeza de un lado al otro).



En aquel instante pensé que a mi pobre bisabuela le había dado un ataque epiléptico.



- El que está sentado en el fondo, me dijo, es el baterista John Bonham, algunos lo llaman Bonzo, otros Johnny simplemente. Era el mejor en su rubro. Pero sabés qué es lo más, que era peronista. Ahí aparece la historia que te quiero narrar.

Allí nomás se largo a contar Gumersinda.

- Todo esto sucedió en el año 70. Por ese entonces, el General estaba exiliado en España y el peronismo estaba proscripto en el país. Estaban los milicos en el poder, flor de hijoeputas esos gorilones. En ese año Zeppelin había publicado su tercera placa o LP, que se llamaba simplemente III. Había un tema que se llamaba Mandarina, muy hermoso que se lo traduje al español a tu bisabuelo Domingo. El grupo andaba de gira por toda Europa y había vendido muchas copias. Ya era conocido por todo el mundo. No va la casualidad que los cuatro integrantes se hospedaron en el mismo hotel que Perón en España. El mundo es un pañuelo eh. En uno de esos arranques que le daban a Bonzo por quedarse largos ratos codeando una barra ajena se lo cruza a nuestro Juan. El General se sentó al lado del gran baterista. Lo notó un poco pálido. Le habló por unos momentos. Bonzo alzó su mirada y le dijo “thank you”, allí Juan se percató de que aquel tipo era inglés, entonces le dijo algunas cosas en aquel idioma. Al otro día, se encontraron en el hall del hotel y Bonham le pidió una foto. El General aceptó gustosamente. Desde allí, entablaron mediante correo una amistad entrañable. Nadie sabe, tampoco, que Bonzo la única vez que visitó nuestro país fue en el funeral de Perón. John murió unos años más tarde que el General; en unos de sus últimos shows Bonzo le dedicó un solo tremendo de batería a Perón, ante la sorprendida mirada de Plant, que nunca lo había escuchado tocar tan bien como aquella noche.
Bueno amigos, es así como el inglés fue peronista, y es allí mi fanatismo por Zeppelin y mi militancia en el peronismo. Gracias Gumersinda por ese hermoso día.





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