lunes, 8 de noviembre de 2010

Una discusión


Mientras Elena jugaba en la cocina, la tía Marta cocinaba algo que olía muy bien.
De todos los presentes nadie se daba cuenta como hacían los reyes para conservar su corona en la solapa, una mitología rara, de esas que no se encuentran en los libros, sonaba muy ligeramente en mi cabeza. Aquel diálogo con José me había trastornado un poco, yo aseguraba que la historia de la colonización de Colón en su primer viaje a Guanahani fue el hecho genocida más importante de los primeros tiempos mientras que él aseguraba que lo de Cortés en México había sido peor. Yo no estaba empecinado en negar la realidad de los hechos que José me relataba, simplemente pensaba que Colón era un tanto más cruel, lo que no quitaba que el otro (aquel asesino del pueblo maya) fuese un tirano, corrupto, violador y muchas otras cosas más. Creo que ellos dos se hubiesen sentido bien en este instante sabiendo que José y yo estábamos poniéndonos mal porque no nos asentábamos de acuerdo acerca de las barbaridades de estos tipos nefastos. Recurrimos a ciertos libros para repasar los relatos que sin pudor dejaron por escrito los colonizadores. Los dos nos abrazamos con razón.

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